Santiago, 11 de noviembre de 2005.-
Estimado Carlos Méndez:
Le adjunto la postura de Sebastián Piñera frente al voto de los chilenos en el exterior. Un cordial saludo.
Andrea Ojeda Miranda
Coordinadora Política
RESPUESTA DEL CANDIDATO PRESIDENCIAL SEBASTIAN PIÑERA
En relación a las Propuestas de FEDACh a los candidatos presidenciales de Chile, aprobadas en el III Congreso de FEDACh, Neuquén, Septiembre 2005, deseo agradecer la posibilidad que se me brinda de dar a conocer mi pensamiento sobre los chilenos radicados en el exterior.
Antes que nada, comparto plenamente la intención de los chilenos de mantener la más estrecha relación con su país natal en todos los ámbitos posibles. Hoy, en un mundo globalizado, la existencia de connacionales en otras latitudes es para Chile un capital que debe cuidar y fortalecer. En este sentido, nuestro país debe reconocer una realidad concreta: hoy somos un país de emigrantes y no de inmigrantes. Son más lo connacionales que se han desplazado a otros Estados, que los extranjeros que viven en el territorio nacional.
En base a esta nueva realidad se ha modificado recientemente la Constitución ampliando las causales de adquisición y de conservación de la nacionalidad, las que hemos apoyado íntegramente. Comparto la preocupación de los chilenos, que ante una ausencia de una norma transitoria no se ha resuelto a cabalidad la situación de quienes perdieron su nacionalidad chilena durante la vigencia de la norma anterior.
Deseo señalar que los chilenos, donde estén, deben tener un trato igualitario y no discriminatorio respecto del ejercicio de los derechos civiles, culturales, sociales y económicos que se brindan por el Estado. En consecuencia, en mi gobierno trataré de desmontar todas aquellas discriminaciones arbitrarias, esto es, carentes de fundamento o razón.
El Estado asumirá igualmente respecto de los compatriotas, un compromiso sincero de reconocimiento de sus situaciones sociales, sin considerar su lugar de residencia, sino que únicamente su realidad personal, social y familiar. Para tal efecto, considero relevante un reenfoque de nuestra política exterior, especialmente del área consular, para atender las demandas de estos chilenos como una reformulación de nuestra política social, para permitir que los chilenos en el extranjero igualmente puedan postular y acceder a los beneficios sociales que se entregan en Chile, en el ámbito de la salud, educación, seguridad social, etc., sea directamente o a través de la renegociación de los convenios internacionales sobre seguridad social, etc.
Considero plenamente válido reconocer el derecho de sufragio a los chilenos radicados en el extranjero, adscribiéndolos a su comuna natal, sistema utilizado también por otros Estados con experiencia en la materia.
Igualmente apoyaré el reconocimiento de las asociaciones de los chilenos en el extranjero como instituciones constituidas en Chile, para que puedan aspirar a los fondos públicos de ayuda directa o por distribución en base a proyectos, sea para actividades culturales, deportivas u otras, en iguales condiciones que quienes viven en Chile.
Deseo concluir señalando que como Presidente de la República me comprometo a eliminar toda discriminación arbitraria entre los chilenos, sea por su origen social, religión, ubicación geográfica u otra. Creo firmemente en la libertad personal, en la igualdad de oportunidades y en la posibilidad cierta que tenemos, de construir un Chile más justo y solidario.
RESPUESTA DEL CANDIDATO PRESIDENCIAL SEBASTIAN PIÑERA
En relación a las Propuestas de FEDACh a los candidatos presidenciales de Chile, aprobadas en el III Congreso de FEDACh, Neuquén, Septiembre 2005, deseo agradecer la posibilidad que se me brinda de dar a conocer mi pensamiento sobre los chilenos radicados en el exterior.
Antes que nada, comparto plenamente la intención de los chilenos de mantener la más estrecha relación con su país natal en todos los ámbitos posibles. Hoy, en un mundo globalizado, la existencia de connacionales en otras latitudes es para Chile un capital que debe cuidar y fortalecer. En este sentido, nuestro país debe reconocer una realidad concreta: hoy somos un país de emigrantes y no de inmigrantes. Son más lo connacionales que se han desplazado a otros Estados, que los extranjeros que viven en el territorio nacional.
En base a esta nueva realidad se ha modificado recientemente la Constitución ampliando las causales de adquisición y de conservación de la nacionalidad, las que hemos apoyado íntegramente. Comparto la preocupación de los chilenos, que ante una ausencia de una norma transitoria no se ha resuelto a cabalidad la situación de quienes perdieron su nacionalidad chilena durante la vigencia de la norma anterior.
Deseo señalar que los chilenos, donde estén, deben tener un trato igualitario y no discriminatorio respecto del ejercicio de los derechos civiles, culturales, sociales y económicos que se brindan por el Estado. En consecuencia, en mi gobierno trataré de desmontar todas aquellas discriminaciones arbitrarias, esto es, carentes de fundamento o razón.
El Estado asumirá igualmente respecto de los compatriotas, un compromiso sincero de reconocimiento de sus situaciones sociales, sin considerar su lugar de residencia, sino que únicamente su realidad personal, social y familiar. Para tal efecto, considero relevante un reenfoque de nuestra política exterior, especialmente del área consular, para atender las demandas de estos chilenos como una reformulación de nuestra política social, para permitir que los chilenos en el extranjero igualmente puedan postular y acceder a los beneficios sociales que se entregan en Chile, en el ámbito de la salud, educación, seguridad social, etc., sea directamente o a través de la renegociación de los convenios internacionales sobre seguridad social, etc.
Considero plenamente válido reconocer el derecho de sufragio a los chilenos radicados en el extranjero, adscribiéndolos a su comuna natal, sistema utilizado también por otros Estados con experiencia en la materia.
Igualmente apoyaré el reconocimiento de las asociaciones de los chilenos en el extranjero como instituciones constituidas en Chile, para que puedan aspirar a los fondos públicos de ayuda directa o por distribución en base a proyectos, sea para actividades culturales, deportivas u otras, en iguales condiciones que quienes viven en Chile.
Deseo concluir señalando que como Presidente de la República me comprometo a eliminar toda discriminación arbitraria entre los chilenos, sea por su origen social, religión, ubicación geográfica u otra. Creo firmemente en la libertad personal, en la igualdad de oportunidades y en la posibilidad cierta que tenemos, de construir un Chile más justo y solidario.